jueves, 25 de septiembre de 2008

Hombre de campo




¿Ya tienes preparado tu barbecho?
¿Ya limpiaste la tierra de la grana?
¡Qué jugo le sacaste y qué provecho,
callado labrador que te derramas.

Ahora, toma un descanso entre las ramas
y bebe de esas aguas en su lecho;
mira la creación cómo se inflama
latiéndote muy dentro de tu pecho.

Duerme y mira, del cielo, el tiempo manso,
y ahuyenta ya tus penas compartidas...
¡Qué bien te lo mereces hortelano.

Que de tanto cavar, la frente inclinas,
hueles a pastizales requemados,
a sol, a tierra, a vientos y a semillas.

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