viernes, 24 de julio de 2009

Te recuerdo



Cuando la persona que quieres, ya sea un amigo, un familiar o quizá esa persona que amas, y que un día ha desaparecido de tu lado, todas las cosas, y todos los acontecimientos de la vida, te traen a la memoria recuerdos que te atrapan y que lógicamente no puedes apartar.


Cuando en mi silencio escucho,
las gotas de agua cayendo
cuando humedece mi cara la lluvia,
yo te recuerdo.

Cuando me huele a tomillo,
rosas frescas o romero
cuando contemplo la luna,
yo, te recuerdo.

Cuando miro las estrellas
que tintinean en el cielo
cuando huele a tierra fresca,
yo… te recuerdo.

Cuando mis manos recogen
y cuentan pétalo a pétalo
las hermosas margaritas,
yo… te recuerdo.

Cuando el aire sopla fuerte
cuando arrecia el aguacero,
cuando me besa la brisa,
yo te recuerdo.

Así, de noche y de día,
con mi loco pensamiento
con la mirada perdida,
por un horizonte muerto,
abrazándome a la noche
con lágrimas y silencios,
palpando a oscuras el aire
y guardándolo aquí dentro,

Llorando mi desventura
se va agostando mi cuerpo,
se va secando la sangre
que en mis venas va corriendo.

Y no puedo ni un segundo
ni un instante, ni un momento,
arrancar de mi memoria
esa imagen de un recuerdo.

Y te veo en la distancia,
y te contemplo en el cielo,
y te miro por el agua,
y te adivino en mi pecho,
y te beso en mi locura
y te odio, y te aborrezco,
Y te abrazo con ternura
y llorando te desprecio.

Y vivo, como una sombra
separada de su cuerpo,
como una noche sin día,
como boca sin aliento,
como una rosa marchita
arrancada por el viento.

Así voy, siempre arrastrando
la cruz prendida en mi pecho,
el dolor de un desengaño,
la pena de tu desprecio.

¡Pero amor ¡ ¿Qué quieres que haga?
Yo te recuerdo.

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