viernes, 24 de julio de 2009

Ruidera en la noche



Este poema lo escribo una noche de verano, cuando todo era calma; Cuando todo en aquel bello paisaje era serenidad y armonía. Me senté en una piedra, al borde de una laguna. La noche estaba inundada de luna, el cielo, era como un manto de seda, transparente y azul salpicado de estrellas. Sólo se oía el croar de las ranas, y el aleteo de un pequeño pajarillo, que se movía entre las ramas de algún árbol.


Las sombras se dan la mano,
las estrellas hacen danza,
las flores, cantos de luna,
la luna, canto de magia.

Las aves, cual lucecillas,
van salpicando en el agua,
y coquetonas se mueven
al ver, reflejar sus alas.

El crepúsculo se ríe,
el aire cantando salta,
la Luna llora de envidia
porque no puede tocarla.

¡Oh, soledad de la noche,
oh noche, que sola danzas
prendida de las estrellas
y salpicada de plata.

¡Corre soledad bendita,
que estoy henchida de gracia,
y estoy tragándome el aire
de esta quietud solitaria!

El viento corre sombrío
por entre rocas y zarzas.
El agua corre saltando,
por las inmensas llanadas.

¡Oh, noche, silencio oscuro,
que infinito amor te guarda,
el alma que paz respira
en las horas de nostalgia!

Al duende de medianoche,
yo le pediré la gracia,
de que me prenda una estrella,
en mis trenzas, despeinadas.

¡Silencio mágicas sombras,
que la luna esta cansada.
y en unas horas,no más,
vendrá el sol a despertarla!

La luna cierra sus ojos
y el agua color de plata,
canta; una nana de cuna,
para la noche cansada.

2 comentarios:

errequeerre dijo...

Esta poesía es una de mis favoritas

Anónimo dijo...

Es prciosa,me encontre este blog por casualidad,me gustan todas.