viernes, 24 de julio de 2009

Soledad



Ojos lluviosos, derramando siempre
esa sal tan amarga del dolor,
y en esa soledad tan sólo viertes
a canjilones, tu despreciado amor.
Tengo en mi corazón adolescente,
más dolores y penas que la historia
tengo mi alma, carcomida y vieja,
y de llagas, se alimenta mi memoria.
¡No puedo recordar tanta amargura,
si en silencio, yo sola he de vivir
tanta pena me lleva a la locura,
y tapando mi alma, quiero huir
a ese mundo, más lejos de la luna,
pues muerta, con mi amor, puedo vivir.

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